La angustia revela al hombre que su verdadero ser es la nada. Cuando un hombre es poseído por el sentimiento de la angustia, las cosas y los demás hombres siguen existiendo, pero ya no le interesan; entonces el hombre acepta libremente la autentica realidad de su existir, asume plenamente la realidad de que es un ser arrojado al mundo, un ser para la muerte. Heidegger